Tomasito Dangond

Por: Hernán Baquero Bracho
Hay cosas que enorgullecen y llenan de gloria siempre a la Villanueva de antaño- y de las más importantes- son sus hombres. Hombres grandes que la cubrieron de grandeza y de linaje en el pasado. Hoy quiero referirme a un señor tan querido, tan noble, tan honesto y correcto en todos los actos de su vida. Tomas Dangond Morales, o Tomasito como se le conoce popularmente, que es casi una quimera, ya octogenario pero con la mente lúcida y el alma despierta, lo llena a uno de orgullo y de parabienes, por haber nacido y criado en su terruño, a un patricio conservador de tantas bondades y calidades de su vida clara y cristalina.

Ha tenido las condiciones todas de los grandes hombres. Ha cumplido su ciclo con inefable grandeza. Heredó un pasado, construyó un presente y nos ha legado un futuro. Ha inspirado su vida en su ancestral herencia. Proviene de distinguidas familias villanueveras: los Dangond y los Morales – no de cualquier linaje- sus viejos (Don Tomas Dangond y doña María de Jesús Morales) fueron trabajadores insignes y siempre mostraron esa estampa de viejos patriarcas, adustos, generosos, laboriosos. Amaron a este pedazo de patria como nadie, jamás la hollaron, ni abusaron de su nobleza, la engrandecieron con su laboriosidad y su entereza. ¡Qué tiempos aquellos Tomasito!


El Tomasito Dangond que admiramos y queremos construyó como pocos el presente de su vida, él rindió culto a esa estirpe. Ha edificado una vida bien, le ha servido a la patria con esmero, como transportador se hizo a pulso. Le ha servido a la familia, en Barrancas encontró el amor de su vida, Doña Hermelinda Soto de Dangond, a ella la amó tanto y ese amor tan puro se impuso hasta el fin de sus días y producto de ese amor nacieron sus hijos: Luzmila, quien como empresaria ha generado empleo directo e indirectos en la tierra bella, María de Jesús, se ha distinguido como insigne educadora, José Fernando, ha fungido como concejal de este municipio y le ha servido a su patria con esmero en otros cargos de la administración municipal, Tomas, Cilia y Nurys han seguido los pasos de su hermana trabajando en la empresa familiar. Es Tomasito, noble, sincero, amigo, ha sido un buen hijo, incomparable hermano, inigualable esposo, un padre irrepetible, abuelo amoroso. En su laboriosidad del pasado ha mantenido siempre definidos conceptos de rectitud e integridad.

Muchas veces lo observé caminar pausadamente y muchas veces también me pregunte al observarlo si era posible encontrarle un solo defecto a este gran hombre que desde niño percibí como modelo perfecto. Debo confesar que racionalicé muchas veces sobre el amor, la admiración, o el respeto que condicionaban mi pensamiento, pero aun así no he podido encontrar el defecto que empañara mi percepción de este hombre bueno.

Dicen que un hombre es cabal cuando siempre un árbol, tiene un hijo y escribe un libro. El Tomasito Dangond que queremos ha sembrado muchos árboles con la semilla de sus acciones, ha escrito un libro de su vida: humilde, austera, y grande y tuvo hijos que para bien de nuestra sociedad recibieron y aprendieron con esmero sus enseñanzas sabias, henchidas de valores morales incalculables.

No sé que produce más felicidad en los vericuetos del amor: dar o recibir, pero si se que en la familia Dangond Soto siempre ha existido una simbiosis perfecta del amor. Dan tanto como reciben. Tomas Dangond Morales siempre representa y ha representado cosas buenas para la sociedad y para Villanueva.

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