¡Feliz Año!

Por: Hernán Baquero Bracho.
Felices Pascuas 2008 Y un venturoso Año Nuevo de 2009, Que la ecuanimidad domine y el amor preserven a todos de contiendas, temores Y desesperación. ¿Qué más? Que disfruten sanamente esta temporada Y tomen el año que llega como un reto para dar a sus pueblos la buena y dinámica administración que merecen. Sin politiquería, sin intrigas ni equivocaciones, con patriotismo Y seriedad, para que tengamos una dirección que enmarque su tarea en la ejecución de las obras que podamos hacer sin tantos compromisos y que sean las más urgentes, sin desviar los recursos en dispersos programas de inversiones que a la larga no benefician a la comunidad.

Está progresando La Guajira. El Gobierno departamental. Las Alcaldías y sus empresarios trabajan para sacarla del subdesarrollo Y a poco lo están consiguiendo. Hay que reconocerlo muchos pueblos han cambiado en los últimos años, su imagen ruinosa por otra que refleja el progreso y genera confianza en sus hijos seguir la noble tarea de edificar, mejorar, educar y curar, como fórmula para acercarse a la tan deseada felicidad. Los recursos son de la gente y se deben utilizar para su bienestar y contento. Sin discriminaciones políticas, sino con el sano criterio de construir una sociedad compacta, sin grietas que alberguen odio, dudas y sinsabores.

Con los recursos que La Guajira tiene, si no se endeuda para que el costo del dinero los absorba y diluya, puede dotar a sus pueblos de todo lo que requieren para su tranquilidad Y sosiego: hospitales, puestos de salud, medicinas, colegios y escuelas con profesorado idóneo, vías, acueductos y alcantarillados, parques, lugares para la recreación y el deporte, ayuda al sector rural, con énfasis en los indígenas, que en La Guajira son los más necesitados y los que menos ayuda reciben, fomento de la cría y la agricultura y cuidado de sus cuencas hidrográficas, que donde las hay no reciben la atención que requiere su existencia y por eso se degradan cada día más. Todo esto se puede hacer, pero sin sobresalto ni desesperación, con la labor constante de sus autoridades, de la ciudadanía en general, que ni un solo minuto deben cejar en el empeño de hacer una patria mejor, en cuyo marco nadie pueda decir que es subestimado ni que los recursos hayan sido empleados con discriminación Y ánimo personalista.


En fin, este columnista, no desea otra cosa que los guajiros sean felices y sigan el rumbo que llevan de instruirse y trabajar para que mañana sea otro el destino de todos los hijos de este amado Departamento, que con su inmenso mar, su carbón, su gas, su sal, sus paisajes, sus ríos, sus campos, sus soles calientes y las lunas más claras del mundo transitan sin temores por los caminos sin pliegues de la esperanza hacia un futuro mejor. Que así sea.

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