FOLCLOR O RELIGIÓN

En los últimos años, al final del mes de abril, se celebra en la ciudad de Valledupar el llamado Festival de la Leyenda Vallenata.
Este festival debería reducirse a la competencia de los más diestros acordeoneros de la región, como también a los de otras localidades del país que han decidido interpretar los más puros aires del folclor valduparense. Pero este certamen es confundido por la gran masa, por los del montón, con la conmemoración del milagro de Nuestra Señora del Rosario acaecido el 27 de abril de 1.576, en el preciso momento en que los españoles dominantes durante esa época, son salvados de los ataques defensivos de los indios Tupes y Chimilas por la intervención de la Virgen.
En este festival debe hacerse hincapié, mas que todo, en dar a conocer el origen de los instrumentos que se utilizan en los conjuntos que interpretan el auténtico vallenato, el lugar o lugares por donde hicieron su entrada a nuestro territorio los que son de origen foráneo, explicar por qué razones en determinadas zonas de nuestro país existe la predilección por el acordeón y por ende la destreza en su ejecución, por último dar explicaciones sumarias sobre las características de los distintos tópicos vallenatos, es decir, lo referente a las diversas modalidades. Todo esto tiene sus razones históricas, políticas, sociales, culturales, económicas, étnicas y otras, que no está de mas sean explicadas.
En realidad este festival tiene una mezcla de religión y de folclor al entrelazarse íntimamente el aspecto del milagro de la Virgen con la ejecución de los acordeones. Lo indicado fuese que lo religioso ocupara su lugar y lo folclórico el suyo, puesto que lo del milagro no nos expresa sino el proceso ideológico por el cual se justifica, explica y legitima la Conquista durante el siglo XVI y el posterior período de la Colonización, épocas en las que como nos damos cuenta a través de la explicación del milagro, al indígena se le considera bárbaro, incendiario, idólatra y haciéndose por esto merecedor de los peores castigos y vejámenes.
Siendo los indígenas amos naturales de sus propiedades, lógico es que tenían que defenderlas de las irrupciones de los españoles que querían apropiarse de ellas y al no poder los peninsulares conseguir esto, desataron la persecución contra los indígenas, sosteniendo como Juan Ginés de Sepúlveda su inferioridad innata, en el sentido que una inmensa mayoría de la población había nacido para ser esclavos al servicio de una minoría: los ricos, los virtuosos. Esto nos explicita sin muchos rodeos, la manera, la forma, el método que puso en práctica España para el sometimiento de nuestros aborígenes. ¿Cuál sería?. La religión fue el arma con la cual España sometió a unos pobres pero aguerridos indígenas que prefirieron morir antes que claudicar perdiendo sus pertenencias y su libertad
Este cariz religioso no debe confundirse con el folclor. A nuestro modo de entender como lo anotamos anteriormente, hay que deslindar de lo religioso los aspectos costumbristas e idiosincrásicos para que se devele el verdadero folclor.
En este festival se expresa no solo lo que hemos anotado sino que ha sido tocado por un elemento novísimo, que podemos comparar con el Espíritu Santo porque está en todas partes, llamado la Globalización. No hay actividad humana, en los actuales momentos, que no esté supeditada al accionar de ese monstruo que tanto daño les está haciendo a todos los hombres del mundo. El trajinar del hombre es cuidadosamente sincronizado por los tentáculos de ese espécimen. La expresión de lo folclórico y religioso va tomada de la mano del elemento económico que es el indicador de la ruta de lo que el hombre se proponga realizar. A primera vista parece que ese festival buscara preservar las raíces de la autenticidad folclórica de ese aire musical que tanto nos apasiona y nos sublimiza, pero no, existe una verdad encubierta que es la de promocionar las nuevas generaciones y lanzarlas al mercado con lo que llaman los entendidos sus nuevas producciones discográficas. No tiene nada de malo que se comercialice el producto de esta actividad si tenemos en cuenta que estamos en el mundo de la Globalización y que no podríamos sustraernos de lo que en ella ocurra porque seríamos unos seres humanos muertos socialmente, en otras palabras, nos aislaríamos, careceríamos de contagio social que es el síntoma esencial del hombre.
Vale la pena que reflexionemos con cabeza fría este aspecto con el fin de encontrarle una solución a la problemática de la comercialización y evitar que cualquier adefesio musical, a fuerza de una propaganda descomunal en los medios de comunicación, se convierta en éxito cuando no tiene méritos para ese escalafón. Hay que preservar en el arcano lo más puro de las raíces vernáculas de nuestro folclor para que tengan una verdadera memoria histórica. Esos desechos musicales convertidos en éxitos les están haciendo mucho daño al folclor vallenato porque prevalece el elemento económico ante el costumbrista y el legendario.

JOSÉ DE LA CRUZ FONTALVO DE LA HOZ
chindo79@hotmail.com

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